la incorporación de ventanales y otros elementos en el Diseño de interiores incentivó la creación de espacios multifuncionales y mejoró el consumo energético
La iluminación natural marcó un antes y un después en el diseño de interiores, convirtiéndose en un elemento esencial para embellecer espacios y mejorar la calidad de vida. Este recurso se destacó por sus beneficios estéticos y por su impacto positivo en la salud y el bienestar.
En muchos hogares y oficinas, la incorporación de luz natural se convirtió en una prioridad al planificar los espacios. Grandes ventanales, tragaluces y cortinas translúcidas jugaron un papel fundamental para maximizar su entrada. Este cambio respondió a la creciente preferencia de las personas por ambientes más cálidos y sostenibles.
El auge de la iluminación natural ocurrió gracias a su capacidad para reducir el consumo energético y favorecer estados de ánimo más equilibrados. Estudios destacaron cómo este tipo de luz mejoró la productividad, el descanso y la concentración de quienes convivieron con ella.
La transformación no solo impactó en la funcionalidad de los espacios, sino que también redefinió tendencias decorativas. Materiales como cristal y colores claros dominaron en el diseño para reflejar y amplificar la luz natural, creando ambientes más amplios y armónicos. Los diseñadores optaron por soluciones innovadoras, como paneles de vidrio corredizos y jardines interiores, que llevaron la naturaleza directamente al corazón de los hogares y mejorar el diseño
Además, la iluminación natural incentivó la creación de espacios multifuncionales, donde las áreas de trabajo, descanso y recreación se integraron de manera más eficiente. Este enfoque permitió aprovechar al máximo la luz solar durante el día, fomentando una vida más equilibrada y adaptable a las necesidades modernas. .